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Friday, August 28, 2015

Rebel Without a Cause (1955)



 

 



 







































CRITICA EN EL PERIÓDICO "LA VANGUARDIA" (12-2-1964)
Un prestigio mítico rodea la figura de James Dean desde el día de su muerte un "misticismo" que probablemente es el que tiene menos fundamento de todos los creados por el cine, cuya breve historia es tan fecunda en mitos. Otro es el de Rodolfo Valentine. Ambas leyendas corresponden a las circunstancias de su tiempo, Valentino es el mito que responde a la época en que el cine buscaba galanes apuestos y Dean al tiempo en que los temas relacionados con la delincuencia juvenil y el gamberrismo hicieron irrupción tanto en el cine como en el teatro. Fueron sin dudas estas circunstancias las que hicieron suponer en James Dean una especie de encarnación típica del joven desquiciado y acomplejado, victima de los defectos de un estado social y una educación equivocada. Algo hay de esto, James Dean respondía en efecto al tipo físico del joven "dexase", y también, tenía unas vetas de gamberrismo psicológico. Cuando se mató en un accidente de carretera, parece que marchaba a una velocidad incompresible con la cordura. Este prestigio mítico, es decir, mas legendario que real, explica el interés con que ha sido acogidas sus películas a partir de su desaparición de este mundo, interés que no estaría justificado sólo por los méritos reales del actor. Si en "Al este del Edén" nos pareció encontrar en Dean, un actor interesante, con rasgos sobresalientes de originalidad, en "Rebelde sin Causa" no lo ha parecido mucho menos. Ni por actitudes de expresión, ni siquiera por su idea interpretativa del personaje. James Dean revela poseer el genio que se le había supuesto, lo que no quiere decir tampoco un mal actor. Nicholas Ray, no ha tenido mayor fortuna en la realización de la película juzgandola con un criterio de cierta indulgencia, habría que suponer que la causa de sus limitaciones hay que atribuida a que "Rebelde sin Causa" queda un poco alejada de su tiempo. La cinta fue rodada en 1955, y en los ocho años largos que median desde estonces, se han producido filmes sobre la juventud extraviada mejores. Ray ha embrollado la historia pensando hacer así mas interesante ha seguido la máxima de Nietzche de que hay que enturbiar las aguas para que parezcan más profundas. Y se ha atenida a esta teoría concertadamente. Sus personajes tienen mas de fantasía que de realidad y los casos clínicos de todos ellos mas de literatura que de psiquiatría. Por otra parte Ray, ha aplicado a la trama una técnica narrativa vigorosa y confusa, que solo alcanza muy aisladamente, aciertos fragmentados. Algunos de estos resultan muy brillantes sobre todo en el aspecto estético. En el film interviene el actor Sal Mineo que esta francamente bien en su papel y Natalie Wood, por entonces en uno de sus momentos más interesantes en su carrera artística, que más tarde ha llegado a ser resplandeciente, en "Rebelde sin Causa" tal vez por limitado de su papel, es discreta pero impregnada de evidente magnetismo personal. A. MARTÍNEZ TOMAS.


"East of Eden" and "Giant" are both great, don't get me wrong. But this is the James Dean that set the archetype for not only the cool Fifties American teenager but perhaps every teenager since. Dean has his white t-shirt, sleeve rolled up for his smokes. He has his red jacket and blue jeans, he's ready to drag and he's ready to fight. From the first moment we see Dean, drunk on a school night, busted by the cops, he's amazingly both personally secretive and universally accessible at once. He's hurt, lonely and looking for kicks - and no one understands him except, maybe, just maybe, that one person in the audience... Sure, this movie has it's faults. The parents are cartoonish, some of the kids are hip in only a stilted sense and a lot of the movie is unrealistic. There's something disturbingly hokey and amateurish in this portrayal of a typical American town with it's typical American high school. Yet, Dean, Mineo and Wood put on performances that let the viewer suspend reality all the way through..each of these three put on the performance of their lives! Sal Mineo plays a mousey misfit named Plato (whose homosexuality is thinly veiled). Natalie Wood plays a young women named Judy, part of the in-crowd, who deep down is at wit's end. Both of these characters are amazingly believable, even fifty years later. Mineo's never been as enigmatic or as compelling as he is here as Plato. Then there's Wood - as cynical and alone in her world as Judy feels, we realize quickly she likes James Dean, she needs James Dean - and Dean can dig her. In retrospect, it's not surprising that the jacketed juvenile delinquent that Dean plays here would become a role model for both young gay men and young straight men alike. He's comfortable being intimate with Plato, his words, his expressions are all too much, too overly emotional (for a straight man). But, the kids, the town itself, quickly learn Dean's no pushover. He yells, he fights and he's afraid of nothing that other people are afraid of - staring down death is just a way for him to kill time. But, he's afraid, something just isn't right with his life. And most importantly, even if he never really does connect with this "typical town" filled with "typical people", Dean does indeed connect - to anyone whose ever been young - and alone.....

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